Este texto está inspirado en un artículo anteriormente publicado con
la firma de CONCHA CABALLERO, periodísticamente muy bien construido, que describe
y recoge los deseos e intereses de quienes han creado y ejecutado esta estafa con
la que ya estamos tan familiarizados y a la que pusieron el nombre de “crisis”.
(http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/01/18/andalucia/1358541477_909155.html)
La palabra crisis, por cierto, viene de una raiz griega que
significa “transformación”, “mutación” y, ante todo, deberíamos dar las gracias
a los autores de la estafa por ayudar, impulsar, propiciar y acelerar la
transformación de la sociedad española (y mundial) hasta niveles que no
hubieran sido posibles, ni tan rápidos, ni tan profundos sin su contribución.
Un buen día del año 2014 nos levantaremos y anunciaremos que la
estafa ha terminado. Todas las agencias de prensa se harán eco de la noticia,
nadie podrá creer que un plan tan bien trazado y, al parecer, tan bien
ejecutado, haya podido fallar de modo tan estrepitoso. Algunos querrán quitarle
importancia y tratarán de decir que ha sido otra salida de tono de los
perroflautas de turno. Tras unos primeros momentos de sorpresa, la población
comenzará a respirar los nuevos aires de libertad y justicia que, para ese
momento, estarán barriendo toda nuestra geografía y avivando focos de
resonancia en toda Europa, y en todo el planeta.
Un buen día del año 2014, declararemos terminada la farsa mal llamada
democracia y convocaremos a toda la población, y sobre todo a los jueces, a la
inmensa tarea de recobrar la confianza en la justicia y de barrer de nuestro
territorio toda la corrupción y la ilegalidad que se había instalado, sin
importar siglas ni apellidos, ni dinastías. Declararemos fuera de la Ley del
Pueblo a todos aquellos que basaron su éxito en el robo y la complicidad con
los ladrones que trataron de destruir nuestro país, nuestra dignidad y nuestra
Historia.
El mundo entero contendrá la respiración: todas las tristes
expectativas que nos habían colocado como la única salida se transformarán en
humo, y se iniciará de inmediato la recuperación de nuestra credibilidad y
valoración, superando ampliamente los niveles anteriores al comienzo de la Gran
Estafa Mundial.
Un buen día del año 2014, cuando todos los trabajadores, profesionales
y jóvenes, casi habían perdido la esperanza, se producirá el mayor
levantamiento popular pacífico desde los días de Ghandi en la India sometida
por el Imperio Británico. Y todos los ciudadanos tendrán la clara e inequívoca
certeza de que EL FIN DE LA GRAN ESTAFA MUNDIAL HABRÁ COMENZADO.
Un buen día del año 2014, las aulas de todo el país se llenarán de
alumnos y profesores de todos los niveles, que celebrarán su victoria y su
compromiso de hacer de nuestro país uno de los principales defensores e
impulsores de la cultura y de la investigación, dejando atrás aquella maldición
atribuida a D. Miguel de Unamuno:
“… que inventen ellos…”
Y un buen día del año 2014, se celebrarán asambleas en todos los
hospitales, clínicas y laboratorios, públicos y privados, donde los
profesionales de la sanidad renovarán al unísono el Juramento de Hipócrates y
se consagrarán al servicio de la vida y de la salud, no del negocio criminal de
unos pocos. Y juntos emitirán un comunicado declarando EL FIN DE LA GRAN ESTAFA
MUNDIAL.
Un buen día del año 2014, toda la estructura social celebrará su
unidad frente al enemigo común, y su solidaridad para los más dañados por la
estafa. Comerciantes, policías, militares, funcionarios, ciudadanos todos, que caminarán
juntos para que nadie dude que la victoria era de todos y que la GRAN ESTAFA
MUNDIAL HABÍA LLEGADO A SU FIN.
Efectivamente, nunca se pensó que pudiera sufrirse tanto: el golpe de estado que derribó la II República Española, la Guerra Civil, los 40 Años de Paz Franquista, la
farsa de la Transición a la Democracia y la Lealtad a los Principios del
Movimiento, y los dolorosos años de Constitución y Democracia falseadas y
prostituidas, habían quedado casi relegados al olvido en los cinco años que
había durado la puesta en escena de la GRAN ESTAFA MUNDIAL.
Por un momento,
pareció que España estaba dormida, o más bien muerta, que después de tanto
sufrimiento, tanto miedo y tanta humillación ya nada sería capaz de hacerla
reaccionar, pero todos se equivocaron. El vaso se fue llenando, gota a gota,
verso a verso y, cuando ya no cabía más, se rebasó el borde, el límite, todos
los límites y, de nuevo, pasamos entre todos la página de la Historia. Y en
este caso, sin usar la guillotina, sin disparar un solo tiro, claro está, sin
contar los que se habían empezado a levantar la tapa de los sesos para no
enfrentarse a las consecuencias de sus crímenes.
Un buen día del año 2014, el pueblo español, con una sola voz, con
un solo gesto, descubrió la salida de la crisis-estafa: era tan sencillo como
abrir la puerta que nos habían estado cerrando a base de robos y mentiras, a
base de traiciones y corrupción. Y con la certeza y el aplomo de que si no se
abría esa puerta, si hubiera estado bloqueada, la habríamos derribado de una
sola patada. Un buen día del año 2014, los españoles descubrimos que teníamos
la capacidad de construir entre todos el país que nos habíamos merecido desde
hacía largos años, y que no dependíamos de la riqueza de nadie, porque la
riqueza éramos nosotros. Un buen día del año 2014, los españoles descubrimos
que, en realidad, llevábamos demasiados años viviendo por debajo de nuestras
verdaderas posibilidades.
Un buen día del año 2014, nos llegó el momento de volver a poner el
reloj de la Historia en hora, y sincronizarlo con todos los demás relojes. Ya
quedó atrás el tener que soportar el proverbial retraso en que nos tenían
prisioneros. Cuando el calendario marcó el día indicado por la Historia, se
pudo escuchar el clamor de todos los relojes marchando al unísono y todas las
campanas anunciando el comienzo del nuevo tiempo.
Ahora, cuando menos, tenemos dos opciones: la primera es la que quieren que
aceptemos, a la que quieren que nos resignemos; la segunda es la que nuestras
almas están deseando, porque en el fondo nadie tolera que le cierren todos los
caminos a la dignidad y a la libertad.
La elección es nuestra, la Historia la
escribimos nosotros y, en esta ocasión, nuestro liderazgo no será para
esclavizar pueblos y someter tierras y culturas, sino para que se vuelva a
escuchar la imponente voz de la LIBERTAD.