martes, 15 de octubre de 2013

EL DÍA QUE ACABÓ LA VERDADERA CRISIS



Este texto está inspirado en un artículo anteriormente publicado con la firma de CONCHA CABALLERO, periodísticamente muy bien construido, que describe y recoge los deseos e intereses de quienes han creado y ejecutado esta estafa con la que ya estamos tan familiarizados y a la que pusieron el nombre de “crisis”. 
(http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/01/18/andalucia/1358541477_909155.html)

La palabra crisis, por cierto, viene de una raiz griega que significa “transformación”, “mutación” y, ante todo, deberíamos dar las gracias a los autores de la estafa por ayudar, impulsar, propiciar y acelerar la transformación de la sociedad española (y mundial) hasta niveles que no hubieran sido posibles, ni tan rápidos, ni tan profundos sin su contribución.

Un buen día del año 2014 nos levantaremos y anunciaremos que la estafa ha terminado. Todas las agencias de prensa se harán eco de la noticia, nadie podrá creer que un plan tan bien trazado y, al parecer, tan bien ejecutado, haya podido fallar de modo tan estrepitoso. Algunos querrán quitarle importancia y tratarán de decir que ha sido otra salida de tono de los perroflautas de turno. Tras unos primeros momentos de sorpresa, la población comenzará a respirar los nuevos aires de libertad y justicia que, para ese momento, estarán barriendo toda nuestra geografía y avivando focos de resonancia en toda Europa, y en todo el planeta.

Un buen día del año 2014, declararemos terminada la farsa mal llamada democracia y convocaremos a toda la población, y sobre todo a los jueces, a la inmensa tarea de recobrar la confianza en la justicia y de barrer de nuestro territorio toda la corrupción y la ilegalidad que se había instalado, sin importar siglas ni apellidos, ni dinastías. Declararemos fuera de la Ley del Pueblo a todos aquellos que basaron su éxito en el robo y la complicidad con los ladrones que trataron de destruir nuestro país, nuestra dignidad y nuestra Historia. 

El mundo entero contendrá la respiración: todas las tristes expectativas que nos habían colocado como la única salida se transformarán en humo, y se iniciará de inmediato la recuperación de nuestra credibilidad y valoración, superando ampliamente los niveles anteriores al comienzo de la Gran Estafa Mundial.

Un buen día del año 2014, cuando todos los trabajadores, profesionales y jóvenes, casi habían perdido la esperanza, se producirá el mayor levantamiento popular pacífico desde los días de Ghandi en la India sometida por el Imperio Británico. Y todos los ciudadanos tendrán la clara e inequívoca certeza de que EL FIN DE LA GRAN ESTAFA MUNDIAL HABRÁ COMENZADO.

Un buen día del año 2014, las aulas de todo el país se llenarán de alumnos y profesores de todos los niveles, que celebrarán su victoria y su compromiso de hacer de nuestro país uno de los principales defensores e impulsores de la cultura y de la investigación, dejando atrás aquella maldición atribuida a D. Miguel de Unamuno:
 “… que inventen ellos…”

Y un buen día del año 2014, se celebrarán asambleas en todos los hospitales, clínicas y laboratorios, públicos y privados, donde los profesionales de la sanidad renovarán al unísono el Juramento de Hipócrates y se consagrarán al servicio de la vida y de la salud, no del negocio criminal de unos pocos. Y juntos emitirán un comunicado declarando EL FIN DE LA GRAN ESTAFA MUNDIAL.

Un buen día del año 2014, toda la estructura social celebrará su unidad frente al enemigo común, y su solidaridad para los más dañados por la estafa. Comerciantes, policías, militares, funcionarios, ciudadanos todos, que caminarán juntos para que nadie dude que la victoria era de todos y que la GRAN ESTAFA MUNDIAL HABÍA LLEGADO A SU FIN.

Efectivamente, nunca se pensó que pudiera sufrirse tanto: el golpe de estado que derribó la II República Española, la Guerra Civil, los 40 Años de Paz Franquista, la farsa de la Transición a la Democracia y la Lealtad a los Principios del Movimiento, y los dolorosos años de Constitución y Democracia falseadas y prostituidas, habían quedado casi relegados al olvido en los cinco años que había durado la puesta en escena de la GRAN ESTAFA MUNDIAL. 

Por un momento, pareció que España estaba dormida, o más bien muerta, que después de tanto sufrimiento, tanto miedo y tanta humillación ya nada sería capaz de hacerla reaccionar, pero todos se equivocaron. El vaso se fue llenando, gota a gota, verso a verso y, cuando ya no cabía más, se rebasó el borde, el límite, todos los límites y, de nuevo, pasamos entre todos la página de la Historia. Y en este caso, sin usar la guillotina, sin disparar un solo tiro, claro está, sin contar los que se habían empezado a levantar la tapa de los sesos para no enfrentarse a las consecuencias de sus crímenes.

Un buen día del año 2014, el pueblo español, con una sola voz, con un solo gesto, descubrió la salida de la crisis-estafa: era tan sencillo como abrir la puerta que nos habían estado cerrando a base de robos y mentiras, a base de traiciones y corrupción. Y con la certeza y el aplomo de que si no se abría esa puerta, si hubiera estado bloqueada, la habríamos derribado de una sola patada. Un buen día del año 2014, los españoles descubrimos que teníamos la capacidad de construir entre todos el país que nos habíamos merecido desde hacía largos años, y que no dependíamos de la riqueza de nadie, porque la riqueza éramos nosotros. Un buen día del año 2014, los españoles descubrimos que, en realidad, llevábamos demasiados años viviendo por debajo de nuestras verdaderas posibilidades.

Un buen día del año 2014, nos llegó el momento de volver a poner el reloj de la Historia en hora, y sincronizarlo con todos los demás relojes. Ya quedó atrás el tener que soportar el proverbial retraso en que nos tenían prisioneros. Cuando el calendario marcó el día indicado por la Historia, se pudo escuchar el clamor de todos los relojes marchando al unísono y todas las campanas anunciando el comienzo del nuevo tiempo.

Ahora, cuando menos, tenemos dos opciones: la primera es la que quieren que aceptemos, a la que quieren que nos resignemos; la segunda es la que nuestras almas están deseando, porque en el fondo nadie tolera que le cierren todos los caminos a la dignidad y a la libertad. 

La elección es nuestra, la Historia la escribimos nosotros y, en esta ocasión, nuestro liderazgo no será para esclavizar pueblos y someter tierras y culturas, sino para que se vuelva a escuchar la imponente voz de la LIBERTAD.