viernes, 11 de noviembre de 2016

Carta a los privilegiados de la Tierra


CARTA A LOS PRIVILEGIADOS DE LA TIERRA

Vosotros, los privilegiados del mundo, la élite dirigente, los gestores de las mayores empresas del planeta y de las vidas de millones de seres, tenéis motivos para estar muy, pero muy, asustados.

Desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, os habéis estado beneficiando de unos años en que los ciudadanos del mundo hemos apostado por la paz y por la democracia. A cambio, los poderes oscuros que actúan en este planeta han trazado unos planes dirigidos a y por la destrucción. Han decidido apostar por la mentira y la manipulación en lugar de por la justicia y la equidad; por la esclavitud de la mayoría en lugar de respetar la libertad y la dignidad de los seres humanos.

Sólo cabe una explicación: esos poderes oscuros no pertenecen a la especie humana, y no tienen ningún futuro excepto su propia extinción. Quizá, por eso, sus expectativas son tan negras que han decidido destruir lo máximo que puedan antes de su propia desaparición.

Pero vosotros, los privilegiados del mundo, se supone que sois inteligentes, se supone que conocéis las leyes del éxito, las leyes de causa-efecto y la ley universal de la consecuencia: todo hecho, incluso todo pensamiento, tiene consecuencias.

Vosotros, los privilegiados, habéis estudiado, conocéis los hechos más importantes de la Historia de la Humanidad, sabéis que todo sucede en ciclos y sabéis también que siempre se obtiene algo a cambio de algo. Todo es energía y la energía no se crea ni se destruye, se transforma implacablemente e incesantemente.

Vosotros, los privilegiados, habéis recibido enormes beneficios a costa de la dignidad, de la libertad, de la vida y del futuro de millones de personas.

Vosotros, los privilegiados, habéis estado ejecutando las órdenes y los planes de esos poderes oscuros a cambio de enormes beneficios económicos y materiales.

Vosotros, los privilegiados, habéis colaborado activamente, incluso con entusiasmo, en el empobrecimiento, la idiotización y la esclavitud de ingentes masas de la población mundial.

Vosotros, los privilegiados, sois inteligentes, ¿y de verdad pensáis que no tendréis que pagar el precio de tanta mentira, miseria, ignorancia, dolor y muerte que habéis causado?
No tratéis de responder con el corazón; muchos lo habéis perdido. Tratad de contestar con vuestra mente, supuestamente cultivada, supuestamente entrenada para valorar riesgos y tomar decisiones.

Vosotros, los privilegiados, habéis colaborado en idiotizar a la población: un ignorante es más fácil de manipular, sin daros cuenta que quizá vosotros estáis siendo los más manipulados. ¿De verdad pensáis que vais a formar parte de ese futuro que la élite oscura está elaborando con vuestra ayuda?

Esa élite oscura, sin sentimientos, sin ética, sin principios, que no pertenece a la especie humana y que no tiene futuro, ¿qué pensáis que van a hacer con vosotros cuando no seáis necesarios? ¿de verdad pensáis que el dinero que os han permitido acumular os va a garantizar algo en ese momento?

Vosotros, los privilegiados, habéis estudiado los hechos y circunstancias previas a la Revolución Francesa. ¿De verdad pensáis que la población está bajo control y por eso no se han cobrado tanto sufrimiento con vuestras vidas y la de vuestras familias?

Y aunque en este caso no sea el pueblo alzado en armas, ¿de verdad pensáis que el Universo y la Historia no va a encontrar el medio de equilibrar la balanza y de pasaros la factura de todo el dolor que habéis causado? ¿de verdad pensáis que podréis comprar una plaza en un bunker o en una hipotética nave de evacuación?, ¿y luego qué?

Vosotros, los privilegiados, aún podéis decidir si vais a ser parte del problema o de la solución.

Vosotros, los privilegiados, posiblemente estéis agotando vuestra reserva de privilegios. Cada vez hay más razones para pensar que no queda mucho tiempo.

El resto de la población ya estamos trabajando en nuestro propio futuro, en nuestra propia evolución, en general no estamos muy interesados en nuestro derecho a la venganza.

Vosotros, los privilegiados del mundo, tratad de contestar a esta pregunta, que ya se planteó Niemoller:

Cuando no quede nadie, y vayan a por vosotros, ¿quién va a salir en vuestra ayuda? 

 

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